Muchas veces habrás escuchado que el español y el italiano son muy parecidos, y que aprender uno de estos dos idiomas siendo italiano o español es súper fácil… pues es cierto, pero no del todo!
Por un lado, está comprobado que un italiano y un español pueden tener una conversación que sea comprensible hablando cada uno en su idioma y ayudándose, por supuesto, con muchos gestos, ruídos y expresiones faciales. Esto porque los dos idiomas proceden del latín y tienen palabras en común, así como la estructura de las frases y algunos tiempos verbales.
Por otro lado, la convinción de que estos idiomas son iguales es una de las causas principales por las cuales las personas se equivocan al hablarlos! Además de las diferencias gramaticales que hay que tener en cuenta, hay otro aspecto relacionados con estos dos idiomas bastante divertido… Habéis escuchado alguna vez hablar de los falsos amigos? Son aquellas palabras aparentemente iguales, pero que tienen significados totalmente distintos, en este caso, entre italiano y español.
En España he podido asistir personalmente a situaciones muy graciosas causadas por esas diferencias. Por ejemplo, una mañana estaba desayunando en un bar de Granada cuando escuché a una familia de italianos intentando pedir unas tostadas; el padre dijo con seguridad que quería “pane con burro” y la camarera se quedó bastante extrañada sin saber como actuar! En realidad, el hombre no quería comerse pan con un burro encima, sino que habría querido pedir “mantequilla”, que en italiano se dice “burro”.
“Aceite” en italiano quiere decir “vinagre”.
“Gamba” en italiano quiere decir “pierna”…Qué pensaría un italiano que no conoce esta diferencia de una paella con gambas?!
¿Qué opináis vosotros de estas diferencias? ¿Pensáis que son idiomas que se pueden aprender de manera tan fácil? ¿Conocéis algún falso amigo más?