Como otros tantos refranes españoles, esta frase de la semana la utilizamos en nuestra vida cotidiana para referirnos a situaciones específicas de un modo más especial. Estos dichos hacen que la lengua y cultura española tenga una riqueza única que la hace muy diferente.
La frase “no hay mal que por bien no venga” tiene un origen desconocido, pero ya en el año 1630 Juan Ruíz de Alarcón escribió una comedia con dicha frase como título. Esto nos hace darnos cuenta de que esté dicho popular se transmitió de forma oral durante muchos años atrás.
¿Qué significa «no hay mal que por bien no venga»?
Desde el punto de vista del positivismo, este refrán hace referencia a que todo lo que en esta vida acontece de forma maligna, destructiva o dolosa viene seguidamente de algo leal, cierto y mejor.
La vida tiene su parte positiva y negativa, buenos y malos momentos… El yin y el yang. Con frases como “no hay mal que por bien no venga” se busca dar apoyo, consejo y un mensaje esperanzador de quien lo recibe aclarando que vendrán mejores momentos.
Este dicho tiene muchos otros alrededor que se asemejan, como por ejemplo, ver el vaso medio lleno; cuando una puerta se abre, otra se cierra; no hay mal que cien años dure; entre muchos otros. Al final, todos estos dichos pretenden dar un poco de luz en algún momento oscuro por el que se esté pasando.
¿Cuál es el origen de la frase «no hay mal que por bien no venga»?
El origen de este refrán es incierto, como casi todos los refranes españoles. Estos fueron surgiendo de la necesidad de comunicarse unos con otros entre pueblos y regiones a lo largo de la historia.
Estas frases de origen popular nacieron con el propósito de enseñar y transmitir una enseñanza o pensamiento común.
Ejemplo de la frase de la semana «no hay mal que por bien no venga» en español
A continuación vamos a utilizar esta frase en varios ejemplos para poder contextualizarla:
Te encuentras ante un despido de un trabajo que pagaba las facturas y te sentías cómodo con tus compañeros, pero que no era la ilusión de tu vida porque no era lo que siempre imaginaste que sería. Después de un tiempo aprendiendo de la situación tan desagradable, aparece un trabajo que te gusta, en el que te sientes valorado y eres plenamente feliz trabajando. Es todo lo que siempre quisiste. Ahí es cuando se aplicaría la frase de que no hay mal que por bien no venga. Después del momento angustioso del despido, vino algo mejor.
También podemos hacer un ejemplo con el amor… Después de una ruptura de pareja y todo lo que esta conlleva, viene algo mejor… El resurgir de un nuevo amor.
Un ejemplo más pícaro puede ser que se te rompa el coche yendo a la universidad y te ahorres de hacer una actividad, no hay mal que por bien no venga.
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